jueves

II. des Sieben Minuten Pein

Beruhigen Sie sich.
Ich habe es ja geahnt! Seit er weiß, dass ich sein Rivale bin, stellt er mir nach... Hurensohn-
..Bitte..
Hurensohn!!
Bitte.

Había levantado apenas el tono de voz, aunque sólo lo suficiente como para hacerse oír. Hablaba con sutileza y no interrumpió en ningún momento su concierto. Era desesperante, y a la vez... Se detuvo. Afinó el instrumento y se tronó ligeramente los lánguidos dedos antes de proseguir con un elegante y delicado ademán de la mano.
Lauschen...
La tortura de los primeras notas se convirtió poco a poco en una sensación de paz que perduró hasta el final. Las dudas se conservaban intactas por supuesto. Nadie encadena a un enemigo para deleitarlo con sonatas y dulces arpegios.
Transcurridos los siete minutos y casi sin que me diera cuenta se deslizó de su sitio cual sombra nocturna, con tanta agilidad que en un parpadeo había atravesado la inmensidad de la habitación y se había acomodado
convenientemente a mi lado. Ese rincón era menos oscuro, alcancé a distinguir gran parte de la figura y me sorprendí confundido. No era Lurtzber. Ni su hermana, ni Traekan, ni Iatzta, ni ningún otro que se pareciera. No era nadie que yo conociera, ni por víctima ni por victimario.
Incluso así, sentado como estaba en su sillón aterciopelado, las piernas estiradas y la cabeza descansando como resignada sobre la mano derecha, cubriendo la mitad del rostro, incluso así no dejaba de ser todo un caballero. Todo lo cual no cambiaba el hecho de que fuera un vampiro.
Un portentoso gruñido escapó a mi garganta abrasada.
Auslösen mich an
Vaciló, aunque no mostró señales de inmutarse. Pero claro, ¿en qué posición estaba yo de reclamar mi libertad, si
tanto o más que ellos, yo mismo me considero un asesino? Oí que replicaba, más para sí mismo que para mí.
¿Podría?
Claro,bufé, de nuevo fuera de mis cabalespor supuesto que puede. Tiene las llaves, puede.
Exacto.Respondió de inmediato, casi cortándome. Tampoco se mostró muy sorprendido de mi buen inglés. Se limitó sencillamente a acomodarse la solapa de la camisaEntonces la pregunta habría sido si debería. Cuando pregunté si podría me refería a si usted me permitiría soltarle, sin antes haber recibido explicaciones. En lo que a mí respecta, con todo respeto siempre he sentido cierto pavor respecto de las garras. Y no me gustaría llegar a media noche sin mi ojo izquierdo.
Extrajo un puñado de fénix del bolsillo y de un rápido soplo encendió el candelabro que estaba sobre la mesita de noche. La poca luz que entraba por la ventana escaseaba cada vez más. Pronto anochecería.
Verá usted,se acercó, retiró el paño de afalús que cubría mi herida (lo que explicaba el escosor que había sentido minutos antes al despertar), y arrancóme otro gruñido al reemplazarlo con todo el cuidado del mundono soy yo amigo de las guerras, si hay algo que en verdad me entristece es ver la forma en que las criaturas crean para destruir en lugar de simplemente crear... Es algo que me produce náuseas. Me he acostumbrado a los colmillos, no son para mí más que un simple utensilio de cocina, como la caña de pescar o ese primer horno a gas que viajo desde Roma junto a su abuelo el siglo pasado.
Me revolví incómodo y solté otro gruñido, enseñando los dientes y esperando intimidarlo, pero no movió ni un solo músculo. ¿Cuánto más sabía esa criatura acerca de mí? ¿Y cómo? ¿Acaso había estado siguiéndome sin yo darme cuenta? Entonces, de ser así, los nosferes representarían un peligro aún mayor del que jamás hubiere imaginado...
Auslösen mich an!!
Shhh..Lauschen...
Y con eso volvió cruzar la habitación para sentarse frente al piano, y dar nuevo inicio a la misma serenata.

¿Acaso estaba esperando a que anocheciera?

1 comentario:

Valerie dijo...

Qué pasará a la noche? Que le va a hacer?

Chan...!

A esta altura supongo que no me vas a responder si te pregunto la traducción de lo que dicen...