viernes

Wanderer

Pobre vagabundo pedante, rencoroso, triste, olvidado, solitario.
Entre valles, bajos, pampas, bosques y montañas andáis por las veras de los ríos con la mirada fija en el horizonte buscando incansable caudal que os surta, sin mirar hacia abajo, sin ver vuestro reflejo.
Pues sabed que el agua que pretende mi vagabundo
no es la que conforta el cuerpo y apaga la sed.
Sus ansias son insaciables, e inquieto el espíritu que le posee,
y la jovialidad menos que una carga pesada sobre los hombros
que su blanca expresión disimula
portando en el seno todo orgullo desmedido,
obnubilada por las tragedias de un pasado
que lo mismo de fugaz tiene que de inmerecido.

Mi pobre, triste vagabundo... el agua que buscáis habréis sin duda de encontrar, que saciará la sed de vuestra alma desheredada y acompañará al verterse las lágrimas que subyugan vuestros ojos grises de tanto recordar. Que sólo el agua de la vida puede arrancarnos de la muerte, y sólo existe una mitad para otra mitad, y tal como sólo una rosa puede amar a una espina, el corazón del amante no ha de desprenderse de su seno sin dejar tras su paso la más profunda de las heridas.
Me miráis, y os miro. Os observo, de lejos y de cerca, siempre guardandoos las espaldas. ¿Y así acaso, es sólo hasta hoy que me habéis advertido?
"Ale, ¿es que no pensáis dejarme en paz ni por un segundo?"
Vuestros ojos fijos en los míos meros instantes brillan por vez primera en añares, y sé que me habéis comprendido.
Pobre vagabundo pedante, rencoroso, triste -pero jamás olvidado, jamás solitario.

Empinad en pos del sueño siempre cuesta arriba, sean ante las cumbres borrascosas mis alas vuestras guías, que aunque la montaña no llegue a la Luna, ¡estará siempre un paso más cerca!

1 comentario:

Valerie dijo...

Que puedo decir. Cualquier comentario de mi parte opacaría la grandeza de este texto.
Intenten describirlo sin usar la palabra 'perfecto'. Porque yo no puedo.

Yo lo lei como seis veces, sé que si no cierro la ventana,esas veces se multiplicarán.

No dejes de escribir, porque quien aspira a la perfección puede llegar a alcanzarla.

Y si...

Existe.