Un grupo de enfermos he visto saltar el cerco de los terrenos perdidos. Ninguno ya con la voluntad suficiente para seguir viviendo, atravesaron el río caminando sobre las aguas y se sentaron en la orilla opuesta a esperar el alba. El ciego que me había visto venir tarareaba una melodía familiar con los ojos clavados en la infinidad eterna, y el resto reposaba en silencio. Tantas veces he presenciado la escena, y tantas otras me quedan por presenciar, que lo mismo da llamarles ahora a esperar a que vengan solos mañana.
¿Qué edad tengo ya? Los números son ahora símbolos ilegibles y en ellos ya no me es posible confiar... pero sé que tengo lo suficiente para haber visto el nacimiento del mundo y aspirar a ver su final.
Camino sola, y sola seguiré. Durante la oscuridad de los días veo vidas extinguirse en un instante. Algunas son tan cortas que apenas duran un suspiro...
¿Qué edad tengo ya? Los números son ahora símbolos ilegibles y en ellos ya no me es posible confiar... pero sé que tengo lo suficiente para haber visto el nacimiento del mundo y aspirar a ver su final.
Camino sola, y sola seguiré. Durante la oscuridad de los días veo vidas extinguirse en un instante. Algunas son tan cortas que apenas duran un suspiro...
¿Padre, habrá un alma sobre esta tierra que realmente valga la pena salvar?
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