viernes

meh.

No sé. No tengo ganas de sondear mi mente. No me preguntes nada.
Últimamente todo me da igual.

A veces me pregunto qué será peor, la depresión o la indiferencia. Por lo menos estar mal es indicativo de que algo te importa.

Pero nunca estuvimos realmente deprimidos. Nunca estuvimos realmente nada. Y si estuvimos, no hay registro fidedigno al que acudir.

No. No hay registros. Es el arquetipo de archivo que sabés que creaste, pero que nunca vas a encontrar cuando necesites una referencia, sin importar dónde o cuánto lo busques. Escucho frases como "lo que pasé ese día no me lo olvido más", o "nunca me había sentido así". ¿En relación a qué? ¿Recuerdos, fragmentos de memorias? Es raro. No parece complicado. Tal vez sea excesivamente simple. Podría deducirse que el ser humano promedio tiene una especie de memoria sentimental, which I find myself bereft of, o que en todo caso no es lo suficientemente sensible o impresionable. Si le paso el trapo a la hipótesis, digamos, muy por arriba, me da la sensación de que se generan como archivos temporales, y que no sobreviven la desfragmentación de rutina.

¿Será que somos felices? Y sí. Qué se yo. A veces. El abatimiento y la indecisión son casi rutinarios, pero no son un impedimento serio. Todo se reduce al estado de ánimo predominante. Y nada se superpone al estado activo, ese que salta cuando dejamos de matarnos a preguntas porque dejan de importarnos las respuestas. Entonces blanqueas la equis de la ecuación y te das cuenta de que era la retórica por excelencia.

¿Y por qué no?

¿Qué mierda es la felicidad? ¿Y a quién carajo le importa? En definitiva, lo que nos saca de la indiferencia es la indiferencia misma.

1 comentario:

Julián dijo...

Mi primer coment!!!!! ooooh, so exited, I just can blehggggg...


XD,

interesante, pero todo es incierto, todo es o un original o un carbonico, pero nunca una copia que perdure lo suficiente para volverse un carbonico, o un original, pero en fin, somos ciclicos, porque la mente no juega con los absolutos. De alguna manera los detesta, porque, si todo fuera tan facil como, "es bueno o malo" o "es feliz o infeliz" nada tendría sentido, porque ser feliz no perdura, y si fueramos un poco malos seriamos malos y no menos buenos, entonces los absolutos no perduran, y hallamos los medios, porque nadie puede aceptar que es bueno totalmente, y vivir siendo malo no es aceptable. Nadie, desea, vivir en un absoluto, solo los imbéciles perciben lo fugaz como algo que debería perdurar. Lo cierto es que con cierta ironía, vivimos en un mundo que se basa en la negación y en la aceptación. Cuando no, en la supuesta evasión, ya sea delegando o proyectando o sublimando. Negamos ya sea desterrando o sublimando. Aceptamos ya sea promoviendo o clausurando. Pero siempre sublimando.

Entonces la vida es un sin fin de sublimaciones y de un prodigioso juego de medios sin aceptar los extremos.

Que somos entonces? marionetas? jugadores? poetas? arquitectos?

Como diría colplay, "are we humans, or are we dancers". Or are we denses, para el oido menos fonético. Entonces si, somos más densos, porque el concepto de humano trasciende más allá de los absolutos, y de la aceptación de uno mismo, con sus extremos y sutilezas, con sus falencias e imperfecciones, y no, nunca se es completamente feliz en un mundo lleno de dudas, porque las dudas son la madre de la desesperanza o el desespero. Y desesperados, no podemos ser felices.