domingo

recuento

Ayer justamente fue uno de esos días.
Es gracioso porque creo que no se nota. O se nota a medias. Pero si prestás un poco de  atención, es genial cuando caminas por el medio de la nada y el viento aligera el peso de la mochila y hace lo que quiere con tu pelo aunque estés usando una capucha, que por alguna razón permanece en su sitio. Y ves gente volando por la calle como barriletes con las camperas hechas trapo y es todavía más increíble.
La indifererencia ante el resto del mundo, ante las probables consecuencias de cada acción y los posibles derivados de cada desviación en el camino, es como una burbuja de control. Es saber que si te equivocaste de calle no importa, no importa si volvés para atrás  no importa si das un rodeo no importa si te avivás a tiempo o si no te das cuenta y seguís de largo no importa si te perdés, el camino eventualmente se va a torcer bajo tus pies y va a volver solo sin que te des cuenta, porque todo el universo está contenido en tu cabeza y se va a terminar cuando te mueras, asi que mientras tanto tiene la obligación de complacerte. Le mangueas una de muzza a un compañero, 65 entre los dos y 10 al flaco del delivery, sin culpa, te la pago mañana. Ignorás al grata que te viene a apretar, es persistente, lo pedaleás, ahora tiene un cuchillo y no le importa nada, que bien, porque a vos tampoco, si piensa matarte (el mundo es demasiado conveniente para que eso pase, pero él no lo sabe) o no da igual pero en el medio de la avenida no porque nos pisan crucemos primero y después arreglamos, y de pronto tuerce para tu derecha y sale corriendo, porque estaba la metro de parada en la esquina. Y justo cuando pensabas en lo extremadamente raro que es encontrar un rati en el camino cuando lo necesitás. Subís avisás contás hasta diez contás hasta veinte hay un pdf de Pratchett en el teléfono que llevás siglos sin leer contás hasta 30 apostas, a que se fue todo al carajo y me vine de garpe. Qué importa. Indiferencia otra vez. La posibilidad existía y se dio, simplemente. Sumás horas de sueño y no deja de ser conveniente. Volvés te subís al bondi (vacío) y al toque arranca la lluvia. Epic timing. En casa hay bizcochuelo de chocolate y capuchino italiano. BANG! HEADSHOT.
Si estás en control, tenés el dominio absoluto.
Es fantástico.

No hay comentarios: