Algún dia voy a lograr que todo deje de parecerte irreal. Que todo te pase por al lado como el vuelo de una mosca. Algún día me vas a dar pelota a mí en lugar de ocuparte del resto y vivir a través de los errores de los demás, jugando a ser dios mientras pretendés arreglar el mundo con palabras lindas y frases de papel maché. No elegís disfrutarlo pero lo disfrutás, y cuanto más lo niegues más perverso es el juego. Es una forma rentable de escaparte de mi, de hacer como que no existo. Caerle bien a cualquiera y serle útil. Es fácil una vez que encontraste el método y empezas a hacer deporte. Así la vida se pasa más rápido, así nos aburrimos menos que cuando estamos solos. Así, aunque no estemos realmente vivos, con todo lo que eso implica, nuestra existencia está justificada. Ocupandote de la locura ajena, laburando horas de más para que el otro duerma y pueda seguir tranquilo con su vida, que de todas formas es más interesante y más complicada y más colorida que la nuestra, buscándole significado a una vida sin sentido y llenando los huecos vacíos con aires de conformidad. Te lo buscas, te lo buscas y a mi me toca bancarmelo en silencio, ¿te crees que soy solo otro personaje más de tus cuentos? Hola que tal, mucho gusto, soy tu conciencia. Hello hello, remember me? I'm everything you can't control. Sí, existo. Sí, me tenés harto. Sí, estabas equivocada.
Seguí alimentando la figurita ilusoria, la imagen tridimensional que todo resiste y todo lo traspasa. Segui escudandote en el espejo de agua. Somos igual de incompetentes que el resto. No creo en la gratitud, solamente en la necesidad y en la desesperación que trae la necesidad. Pero no en la gratitud. Esa falacia del recuerdo. Todo está en la convenciencia. Todo el mundo le reza a dios cuando necesita un milagro.
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